Juanma Trueba

Plaza Mayor

Día de autos

Recapitulemos. James conducía su Audi R8 a 200 km/h cuando un coche de la policía camuflado (un Opel Astra) le dio el alto. Así estuvieron cinco kilómetros, el futbolista escuchando vallenato y la policía desgañitándose. Hasta que llegaron a Valdebebas. Allí, la seguridad privada franqueó el paso a James y retuvo a la policía. Conclusión: si quieren dominar el mundo pónganse un chaleco reflectante. O una camiseta blanca.

Camuflaje o motor

Planteada la cuestión en términos automovilísticos, un Audi R8 de diez cilindros contra un Opel Astra de cinco puertas, la policía debe decidir qué es más importante, si el camuflaje (impecable, en este caso) o la persecución. Entre un Opel Astra y un Batmóvil hay un abanico de opciones que facilitarían pilotajes más deportivos sin necesidad de que al agente conductor se le salga el pie por el parachoques frontal de tanto acelerar.

El alegato

Entretanto, los asesores de James preparan ya los argumentos de su defensa, que pueden ser utilizados por separado o de modo conjunto: el vallenato hipnótico, el temor a un secuestro, el éxito de la saga Fast and Furious (siete filmes), la incontinencia urinaria, el apretón traidor y lo repetitivo del discurso de Benítez (“Corra más, James, corra más”).

Susto o muerte

En mitad del embrollo, James ya ha tomado una decisión. Antes de ser defendido por los abogados del Real Madrid que intervienen en el caso Cheryshev, el futbolista solicitará su ingreso en prisión, el pago de una multa ejemplar y la prestación de servicios para la comunidad (clases de vallenato en asilos y centros de día).

Ley Anti-James

A falta de renovar el parque móvil, la Dirección General de la Policía se ha apresurado a tomar medidas. A partir de ahora, los miembros de la secreta llevarán el uniforme oficial debajo del traje de paisano, al estilo de Supermán. La idea es que se liberen de las prendas de incógnito durante las persecuciones hasta quedar en perfecto estado de revista cuando toque encarar a los Prosegur.

Freno en Mestalla

James no jugó en Mestalla y algunos guasones relacionaron su ausencia con los problemas de circulación del equipo. El problema de Benítez es justo el contrario, no acelera: empezó el partido con más apoyos en Valencia que en Madrid y terminó igual. Falta química en la misma medida que falta fútbol. Comido el turrón, el siguiente objetivo serán las torrijas.

Líderes

Desolación en el vestuario del Atlético de Madrid y bronca de Simeone: el equipo es líder. El plan del Cholo era seguir disimulando hasta las tres últimas jornadas: que si el Atleti no brilla, que si Torres no marca, que si Thomas está verde, que si Cerezo se ha hecho heavy. Ahora ya no quedará más remedio que defender la primera posición, jugar bonito y encadenar goleadas. A la fuerza ahorcan.

Tontos sin fronteras

Tal y como se ha podido comprobar por televisión, hubo insultos racistas contra Neymar en Cornellà. En las gradas se escuchó el sonido gutural (“¡uh, uh, uh!) que identifica a un tipo particular de mamífero, el asno daltónico. Acto seguido, dichos seguidores estrábicos animaron con fervor a Caicedo, gran delantero de tonalidad negra torrefacta. No hay color, debieron pensar.

La frase

Lopetegui: “Me queréis despellejar y cortarme en trocitos”

Julen come gamba