Para herir a un ruiseñor

La imagen de Pau pisando adrede la pierna de Messi es un retrato de la maldad en el fútbol (y en la vida). Se supone que nadie ve la jugada, porque si el árbitro no ve esa maldad nadie la verá. Pero están la televisión y también están los otros futbolistas. Y está la repetición de la jugada, que añade vergüenza al posible daño. Un joven futbolista, que acaba de estrenarse como portero de Primera, no debe sentir que ya que no hay moral (o árbitro que la vigile) todo está permitido, como en Los Hermanos Karamazov. El pisotón a Messi es un modo de herir a un ruiseñor del fútbol, a alguien que hace lo posible por jugar bien al fútbol aunque haya temporales a su alrededor.

Y es lamentable que este Espanyol de ahora (el del sábado y el de este día de Reyes) haya optado por las bajas pasiones del fútbol para impedir la canción de Messi, de Iniesta y de Neymar, a quienes han martirizado con alevosía.