Volvió el Madrid al Palacio después de una derrota en Moscú que dejó secuelas. Doncic y Willy Hernangómez habían quedado señalados por Laso. Ambos jugadores no son unos cualesquiera. Doncic (16 años) es el mayor talento del baloncesto europeo desde los tiempos de Petrovic; Willy (21 años), quien ya debutara como pívot en la Selección que se proclamó campeona del Eurobasket, es la gran promesa del baloncesto español. Por su juventud no pueden ser tratados como los demás. Laso, sin embargo, les dejó en evidencia en ese partido de Moscú. A Doncic, por una bronca monumental; a Willy, por no sacarle un solo segundo por tercer partido consecutivo, lo cual ya es difícil a causa de las continuas rotaciones.

Laso aprovechó ayer que el rival era asequible para hacer justicia. Willy jugó más que Ndour; Doncic, casi tanto como el Chacho. Willy no lo hizo bien de salida. Los hombres altos del Sevilla se lo comieron. Pero también se comieron después a Ndour, a Taylor... hasta a Nocioni y Reyes. Volvió en el tercer cuarto, y ya más centrado anotó 8 puntos. De la defensa, mejor no insistir. Como la de todo el equipo. Pese a ello, el Palacio estuvo con él, celebrando con júbilo sus canastas. Lo mismo que las de Rivers, por cierto. Doncic es tema aparte. Fue el único jugador al que parte del público le ovacionó en pie. Y no hizo especialmente un buen partido. Pero el Palacio, su casa, dictó sentencia. A Doncic y a Willy hay que perdonarles su juventud.