El ‘seny’ y el cambio de Luis Enrique

Hasta seis veces se van a ver las caras Barça y Athletic en esta campaña, que para los leones arrancó el 30 de julio. Medirse tantas veces a Messi y compañía desgasta psicológica y físicamente a cualquiera. Pero si hay un equipo que no conoce el dolor en las piernas y el desmayo, es el rojiblanco. Con Valverde al mando, mezcla la intensidad sin fin de Bielsa con el autocontrol. El Athletic se mueve con muchísima cabeza y alterna la altura en la presión según los momentos. Las bajas de Aduriz y Raúl García son tremendas. Pierde competitividad y pegada. Aunque quizás se vea hoy a un once más dinámico con espacios, lanzando a esa auténtica bala que es Williams. Sabin Merino y él han sido arietes en el filial. Se saben el oficio y tienen piernas largas.

Supone el reencuentro con Neymar tras la lambretta de la final de Copa. Luis Enrique ha cambiado de discurso sobre aquella fantasía. Hace tres meses, le tiró de las orejas: “Este tipo de cosas están muy mal vistas en España. Si yo fuera jugador del Athletic, hubiese respondido igual o peor (...). Intentaremos, con el tiempo, controlar esto”. En el último partido en el Camp Nou, la repitió con el duro Espanyol desangrado. El único que se ha corregido es Luis enrique, que sabe que el brasileño, un maravilloso regateador, es ya una vaca sagrada. Del seny, los leones saben cosas: los líos con su delegado por no ceder el vestuario local en la final, problemas con los botellines de agua o que no intercambian camisetas cuando pierden. Xavi y Puyol ya se han ido.