La foto es un símbolo de los nuevos tiempos. Así lo advirtió el departamento de comunicación del Real Madrid, que utilizó su cuenta oficial de Instagram para mostrarla a sus 25 millones de seguidores. El texto que acompaña la imagen no parece del todo inocente: “Un líder predica con el ejemplo”.

Lo primero que notamos es un mensaje propagandístico. Zidane es protagonista de un cartel político que sirve para reforzar su ascendente sobre el grupo y el acierto de su elección. La siguiente interpretación es de tipo nostálgico. Zidane, que ya habrá impresionado a los chicos con algún control magistral, demuestra a los futbolistas que no sólo podría jugar como ellos (con los ojos cerrados y tocando un tambor), sino que también puede trotar a su lado. Cómo no hacer caso a un maestro que sabe más, que corre igual y que es más alto.

La última lectura, la más perversa, nos lleva a Benítez. Su fisonomía no era la de un carro de fuego, pero tal cosa no significa que no predicara con el ejemplo. Liderazgo y michelín no son conceptos contrapuestos. Caer en la efebocracia nos llevaría a pensar que sólo los tipos como JFK pueden llegar a presidentes, lo que nos devolvería a la casilla de salida: los Kennedy tampoco tendrían dinero para el aval.