Zizou y el relojero Modric

Faltaba darle cuerda al reloj. Zidane sabía que si arrancaba el mecanismo de forma correcta, la precisión sería absoluta. Y para tal misión tuvo claro que Modric era el encargado perfecto, el que tenía que darle cuerda a su lujoso accesorio. Acierto pleno. El croata tiene más recorrido que Kross y parecido acierto en el pase. Además, intuye los momentos donde se precisa acelerar o pausar el juego. Desde el primer minuto se intuyó que era la prolongación del francés en el campo, el jugador que asume esa condición de entrenador con el resto de compañeros. Tuvo un segundo mensaje claro Zinedine y fue el de dar confianza plena también a Kroos, al tiempo que le liberaba un poco de otras tareas que había padecido en la anterior etapa.

Pero no nos engañemos. Para que todo eso funcione, los tres de arriba no pueden hacer el zángano a la hora de presionar al rival. Del mismo modo, la defensa asume el riesgo de jugar unos metros más adelantada, con lo que conlleva de concentración y esfuerzo. Y es verdad que en los últimos partidos con Benítez ninguna de las dos líneas cumplió con esos principios básicos que grandes equipos de Europa, como Bayern o Barcelona, ejecutan a rajatabla. Si los jugadores creen en Zidane, creerán en los movimientos y maniobras de Modric. Partiendo de esa base, correrán y mostrarán una actitud completamente distinta a la de hace un mes. Y llegarán los resultados. Este equipo funciona como un reloj. ¿Recuerdan la frase? Pues eso.