La herencia de Benítez es Benzema

Algo bueno, o muy bueno, sí ha dejado Benítez en su malogrado paso por el Madrid: el cambio de Benzema. Dijo a su llegada que pretendía animarle a marcar más goles, le puso la frontera de 25. No dejaba de parecer extraordinario que al delantero centro del Madrid se le pusiera una frontera que en sí no es ambiciosa, pero es que Benzema, efectivamente, venía marcando muy pocos goles. Jugaba muy bien, ‘se asociaba’, como se decía, era cierto. Pero marcaba muy pocos goles, muchos menos de los que se pueden esperar del delantero centro del Real Madrid. Y era notable su frialdad.

Achaco el cambio a Benítez porque anunció ese propósito, y efectivamente, Benzema es otro este año. Sin perder lo anterior, su buen juego asociativo, ha ganado en interés por la finalización y es certero. Ya son 21 goles en 20 partidos. Lleva más en Liga que el mismísimo Cristiano, y eso que éste tira los penaltis. De repente, además, parece haber cambiado su actitud. El futbolista de aire indolente que llegaba a exasperarme juega ahora con interés, con ambición de gol, celebra los tantos con un júbilo nuevo y hasta le vimos en Sevilla coger el balón de la portería para llevarlo volando al punto de saque.

Este Benzema está muy por encima del anterior. Ahora ha añadido lo útil a lo bello. Al Madrid le viene de perlas, justo ahora que Cristiano empieza a espaciar sus goles, quién sabe hasta cuándo. En 12 de 21 partidos no ha marcado. Lleva muchos goles, porque los ha concentrado en algunos partidos que se pusieron muy de cara, pero ya no podemos decir, como antes, que con él en el campo el Madrid sale al partido ganando por uno a cero. Se le ve nervioso, se le escapan unas pataditas, alguna no tan ‘ita’, que le han podido costar expulsiones. Ahora pesa más en la delantera Benzema que él.