Volvió a aparecer felizmente el James fiable, goleador y trabajador. El colombiano cumplió a rajatabla las órdenes de Zidane desde el arranque, jugando de acordeón en un 4-4-2 que con él en ataque era en realidad un 4-3-3 arrollador, con los laterales Marcelo y Carvajal en funciones de extremos. La buena noticia para el Madrid es que James Rodríguez se entendió de maravilla con Carvajal, con Modric y con los dos delanteros. Tanto que no sólo dio una asistencia maravillosa a Benzema para que marcara de cabeza, sino que se atrevió a disparar, como Zidane le pide, para marcar su cuarto gol en Liga.

James tuvo mando en el centro del campo, creatividad en la frontal y mucha pelea también en funciones defensivas. Junto a Isco, cuando se quedaron los dos de mediapuntas con Casemiro por detrás, el colombiano siguió agrandado y confirmando que ya no parece tan urgente el regreso de Bale. Zidane decidirá.