Cheryshev en la Copa; el Madrid, no

La Copa sigue y, es curioso, Cheryshev se reengancha a ella, después de haber sido causa involuntaria de la eliminación del Madrid. He aquí un caso raro. Cheryshev, hijo del jugador del mismo nombre que en su día dio buenas tardes en el Sporting, fue perla en la cantera del Madrid. Aún recuerdo la primera vez que le vi, en uno de esos torneos de Fútbol-7 para menores que con tanto celo ha cuidado José Ramón de la Morena. También recuerdo mi primer encuentro con el padre, una comida a tres con Tomás Roncero. Su gran ilusión era que el chico triunfara con Rusia y con el Real Madrid.

Cheryshev regresó de una cesión en el Villarreal con una nota en su expediente que en el Madrid, tan pendiente del palco, las giras y los proyectos de convertir el Bernabéu en una especie de mastaba de Florentino, nadie revisó. No cayeron, salió ante el Cádiz, marcó un golazo y de repente saltó la liebre. Un exárbitro gallego, llamado Emilio Rosanes, que había advertido previamente al Madrid sin ser atendido, avisó a la COPE del entuerto y ahí se desencadenó la comedieta madridista. Benítez atónito, Butragueño subiendo la escalera y Florentino echando la culpa al empedrado. Carne de Carnaval.

Fugaz y siniestro fue el paso de Cheryshev por el Madrid. Pena. Es buen jugador, internacional ruso, entusiasta, muy buena pierna izquierda. Pero el Madrid se convirtió en testigo mal tolerado de una culpa general. Lo quiso recuperar el Villarreal, pero el rencor del florentinato cegó esa salida. A última hora apareció una solución, el Valencia, que de palo de ciego en palo de ciego ha llegado a las semifinales de Copa. Y, cosas del fútbol, hoy podría jugar Cheryshev en la Copa, una competición de la que por su causa fue eliminado el Madrid. El diablo, cuando duerme, mata moscas con el rabo.