Juanma Trueba

Cristiano Ronaldo: venderlo o no venderlo, esa es la cuestión

En junio del pasado año, AS.COM publicó una encuesta sobre la posibilidad de traspaso de Cristiano Ronaldo. El 50,04% de los participantes se mostraron contrarios a la venta y el 49,96% se declararon partidarios de su salida del club. El delantero acababa de proclamarse pichichi de la Liga con 48 goles.

Hoy mismo, Cristiano Ronaldo ha afirmado en la gala de Marca que cumplirá su contrato y será madridista hasta junio de 2018: “Luego, ya se verá”. Ni la aclaración, ni la coletilla, ni la pregunta que la propició son apuntes fuera de contexto. Al contrario. Acabados los elogios a Modric, toca hablar del papel de Cristiano, inadvertido en Granada y cuestionado como nunca, lo que no es tan difícil si pensamos que nunca ha sido verdaderamente cuestionado. 

Horas después del partido, el político Manuel Cobo, nuevo analista de El Larguero, hizo una reflexión que señalaba a Cristiano: “En el Real Madrid antes importaban los títulos y ahora parece que importan los goles”. En esa misma tertulia se habló de su cambio de posición, de su pérdida de desborde y, por supuesto, de su edad: 31 años.

En lo que va de temporada, Cristiano acumula 19 goles en Liga, los mismos que Benzema, sólo superado por Luis Suárez (20). En Champions ha marcado once tantos, seis más que Suárez y cuatro más que Lewandowski. Sin embargo, la duda permanece. 

Hay quien justifica el previsible fichaje de Lewandowski con el argumento de que cubrirá la presunta salida de Cristiano. Los que así se manifiestan no revelan sus fuentes, pero muestran un absoluto convencimiento y ninguna nostalgia. 

El desapego tampoco debería extrañarnos. En los matrimonios se hace referencia a la crisis de los siete años, como un muro difícilmente salvable sin ayuda de un descapotable o de un amante. Cristiano, ya lo habrán adivinado, cumple su séptima temporada en el Real Madrid.

Solución o problema

¿Qué hacer, por tanto? Veamos. Vender a Cristiano sería una magnífica operación financiera que podría rondar los 150 millones de euros, quizá más. El problema, en este caso, es que el Real Madrid es una institución que no reparte beneficios ni los pretende si no es para reinvertirlos en más jugadores. De modo, que así planteado, el dinero ingresado se marcharía pronto: una parte serviría para pagar el fichaje de Lewandowski (100) y la otra para afrontar la contratación de alguna estrella disponible, y según escribo pienso en Hazard, más dispuesto que disponible (tiene contrato con el Chelsea hasta 2020).

Sin Cristiano, Bale ganaría influencia en el equipo porque se liberaría de complejos y de banda izquierda. Es seguro que no marcaría los goles del portugués, pero para completar el cupo tendría la ayuda de Lewandowski y Benzema, destapado esta campaña como artillero de primer nivel. Añadan a James, Isco o el mencionado Hazard. Estoy de acuerdo: no pinta mal.

Pero prosigamos con la elucubración. Tendemos a pensar que Cristiano acabaría en el PSG (liga menor), pero imaginemos que ficha por el United de Mourinho o el City de Guardiola. En ese caso, especialmente en ese caso, Cristiano no se iría nunca del Madrid; sería un rival permanente y una comparación constante. Es obvio que su capacidad goleadora irá declinando con los años, pero los abrasamientos serían múltiples hasta que se pusiera este sol. 

No creo que Florentino Pérez esté dispuesto a soportar esa amenaza. No creo que fuera estimulante para Lewandowski o Bale. No creo que Cristiano se marche este verano, ni que le dejen hacerlo. La relación se recompondrá porque la separación no conviene a nadie. Habrá crisis y habrá arreglo. Bastarán unas palabras o servirá un descapotable.