Manuel Pereira

Gran jugador y hombre de palabra

Elegante en el vestir y en lo que dijo, Cristiano supo estar a la altura en una fiesta en la que él era el gran protagonista. Por tercera vez ganó el trofeo al máximo goleador de la Liga y, conociendo su insaciable hambre de gloria, seguramente no será el último. Al menos intentará que así sea. Cristiano es tan buen jugador como hombre que sabe honrar su palabra, y el deseo que expresó públicamente de cumplir los dos años que le quedan de contrato es la noticia más tranquilizadora que podían recibir los seguidores madridistas que estuvieran alarmados con las especulaciones alrededor de una hipotética salida antes de tiempo. Tendremos pues, a buen seguro, a Cristiano en lo que queda de esta temporada y dos más jugando con el Real Madrid en la Liga.

Es natural que sea así, y mientras siga siendo uno de los dos mejores jugadores del planeta no podrá estar en otra Liga que no sea aquella a la que él mismo considera como la más importante del mundo: la española. Con las cosas algo complicadas en la competición nacional, Europa es doblemente el gran objetivo de Cristiano para esta temporada. Por un lado, garantiza que irá a darlo todo para ayudar, por segunda vez, a que su club gane la Champions League (la Undécima). Y, por otro, sueña con la posibilidad de conseguir finalmente un gran título vistiendo la camiseta de la selección portuguesa. Todos, y Cristiano el primero, estaríamos muy felices con la posibilidad de ver una final ibérica en la próxima Eurocopa de Francia.