La Federación Española de Baloncesto ha mantenido una intensa actividad durante estas primeras semanas de 2016. Es una de las señas de identidad de esta Federación. La última competición fue la Copa de la Reina, en San Sebastián. Pero antes fue la Copa entre los equipos de la LEB Oro, en Palencia; la anterior, la de la LEB Plata, en Ávila; en la semana de Reyes, los Campeonatos de España cadete e infantil de selecciones autonómicas, en Huelva. Una gran movilidad que se traduce en importante fuente de ingresos para las ciudades, pues supone la visita de jugadores, cuerpo técnico, familiares y seguidores. Y cuanto menor sea el nivel de la competición, más dinero se queda en la ciudad anfitriona y alrededores.

Tenemos el caso de esos Campeonatos cadete e infantil. Lo jugaron novecientos niños y niñas. Al viajar la mayoría con sus padres, la cifra se eleva ya a casi tres mil visitantes que recibió Huelva del 3 al 7 de enero. Se añaden otros acompañantes, y la cifra está por encima de cuatro mil. Mucho más que la Copa de la Reina, y la mitad de toda una Copa del Rey, con la diferencia de que hay que pagar un canon infinitamente inferior al de estas competiciones. Estos torneos de chavales, y también de veteranos, se están revelando como los más rentables para las sedes. Al baloncesto le va de maravilla, un camino a seguir por otros deportes. El balonmano lo acaba de hacer pidiendo el Mundial femenino en Granollers, Lleida, Tarragona y Castellón.