La roja a Varane fue excesiva

Tuvo un primer tiempo muy movidito Álvarez Izquierdo, y tuvo que ir rápido de un sitio a otro. Los dos equipos se dedicaron más a jugar que a hacer marrullerías, y eso se vio en las tarjetas. Perdonó una amarilla a Iturraspe, otra a De Marcos y otra más a Carvajal, y sin embargo sacó tres justas a Etxeita, Varane y Balenziaga. A Varane le sacó otra amarilla en el 82’ por una jugada muy parecida a la primera, un salto con un jugador del Athletic en el que metió el brazo. Pero en esta ocasión fue más por inercia y no existió codazo, sino más bien un apoyo en la cara del jugador del Athletic. En la primera amarilla el salto fue con más brusquedad. En definitiva, la expulsión fue muy rigurosa. Todo esto viene porque a los árbitros se les ha hecho mucho hincapié, y con razón, para que corten de raíz las acciones en las que los defensas meten el codo en los saltos. Eso es amarilla obligada. Y si hubiera sangre y la acción fuera brusca se debe enseñar roja directa. No fue el caso.

En otro orden de cosas, en el 34’, Aduriz pidió penalti por mano de Varane, pero el francés la tenía pegada al cuerpo y eso no es penalti. Lo mismo ocurrió en el 39’ cuando disparó Merino y dio en el pecho y no en el brazo de Carvajal dentro del área. El balón salió a córner y el árbitro se equivocó al dar saque de puerta.

Segunda parte. Después del descanso hubo una jugada en el 51’, en la que se reclamó penalti por una entrada de De Marcos a Benzema. Pero esta se produjo justo al borde del área. No era penalti. Tampoco hubo fuera de juego de Cristiano en el cuarto gol del Madrid cuando Lucas Vázquez le pasó el balón, aunque lo reclamaran los jugadores del Athletic. Del mismo modo no hubo fuera de juego en el primer gol del portugués (en el minuto 2) aunque su posición fuera muy justa.

El arbitraje de Álvarez Izquierdo fue bueno, sin aspavientos, sobrio, justo y neutral. Los pocos errores que tuvo fueron, más bien, de apreciación.