McLaren-Honda no consigue ilusionar

Se ha presentado el segundo episodio del proyecto conjunto de McLaren y Honda en la Fórmula 1 con un discurso bastante coincidente con el del año pasado. Leo las declaraciones de los protagonistas y el desánimo se apodera de mí, no lo puedo evitar y bien que lo siento. No me ilusionan ya palabrería, las promesas o las buenas intenciones. Confiaré en la grandeza de este equipo cuando, de una vez por todas, la exhiban en pista. Que han trabajado mucho durante el invierno lo imagino, faltaría más después de un 2015 desastroso; pero eso no resulta suficiente, es obligado un compromiso concreto respecto a su evolución, algo más que la simple y vacía previsión de que algún días las cosas irán mejor en esa escudería.

 Alonso y Button no pueden seguir indefinidamente instalados en semejante incertidumbre, merecen algo más. Demasiado han aguantado hasta el momento, con una elegancia y deportividad (salvo algunos arrebatos comprensibles) encomiable por su parte, así que ya es hora de ofrecerles un coche que realmente haya mejorado. El movimiento se demuestra andando y si bien ya sabemos que los milagros no existen en este deporte, sí debemos exigir que desde mañana mismo, cuando el MP4-31 empiece a rodar, tengamos la sensación de que algo ha cambiado, nos convenzan con un rendimiento que avale que ese coche es superior al botijo anterior. Mientras tanto, lo demás para mí será sólo un discurso tan vacío como descorazonador.