¿Qué es eso de que la Liga ya está vencida?

Los que somos aficionados al fútbol vamos partido a partido, que es una frase que acuñó Simeone pero que nosotros vivimos, y padecimos, tanto como partidos hay en las distintas competiciones. Mi amigo Tomás Roncero lleva dicho muchas veces que él quiere que el Barça pierda hasta en los entrenamientos; es que eso es así siempre; a mí me pasa con el Madrid (sobre todo), porque es el equipo al que más admiro de todos los contrincantes, y la admiración proviene siempre del temor, de la reverencia también. De modo que me molesta mucho, como aficionado al fútbol y como aficionado al Barça, ese lugar común que prospera desde que el domingo pasado quedaron en tablas los dos equipos, el Atlético de Madrid y el Real Madrid, que siguen al Barça en la clasificación.

No, la Liga no ha acabado, tiene razón Zidane. Y no acabará hasta el último minuto, acaso como la presente retahíla de los pactos gubernamentales. Cada partido es, para un aficionado al fútbol, una final, una ocasión de nervios y de conjeturas; un partido de competición no es un partido de entrenamiento. Es más, hasta los entrenamientos son enfrentamientos entre unos y otros, y esa es la esencia, no sólo la teoría, del fútbol. En cuanto a lo competitivo y futbolístico, también habría que decir dos cosas para animar el debate: el Real Madrid no está tan mal como dicen los madridistas, ni tan mal como dicen los barcelonistas; está pasando una pájara que le afecta en los desplazamientos, quizá porque allí no les sigue a los jugadores el calor que Zidane ha hallado en el campo patrio. Y el Atlético no está tan mal como dice Manolete (que dijo el otro día, con su humor inigualable que su equipo querido tiene más puntos que fútbol). No, no están tan mal como dicen; y el Barça, por cierto, no está tan bien como dicen los resultados globales. El partido ante la Unión Deportiva Las Palmas fue un desastre, pero ganó. Y luego ganó otra vez a trompicones en la Liga, hasta que resucitó en la Copa de Europa frente al Arsenal.

¿Quién puede decir ahora que esos partidos tan afortunados ante equipos menores (pero grandes) en la Liga no van a repetirse en ese “partido a partido” que nos aguarda?

Yo confío y desconfío a la vez de los míos; cuando el Barça empieza a jugar se me vienen a la cabeza las peores pesadillas, que disimulo; tenemos que jugar ante el Sevilla, y tirito; y luego vienen partidos con los que nos siguen en la Liga. Y sigo tiritando. No, la Liga sigue, en el césped y en el corazón; y éste sufre, claro, esta es la condición humana del aficionado.