Gabi dijo "no" al Madrid, el mote de Rakitic y un 'chupón'

Gabi dijo “no” al Real Madrid

Es el retrato perfecto de este Atleti. Gabriel Fernández Arenas (Madrid, 1983), Gabi, cumplió en el Bernabéu 300 partidos con la camiseta rojiblanca. .“Habrá que gastarse 30 millones en otro, porque para éste no hay recambio…”, espetó una vez Simeone tras una lesión del mediocentro. Con el esfuerzo como premisa fundamental, Gabi se ha ganado la admiración de toda la parroquia rojiblanca. Su sueño era triunfar en el Calderón. No había nada por encima de ese deseo. El Real Madrid llamó a su puerta con 16 años ofreciendo un trueque por Núñez. Gabi dijo “no”, a pesar de que Redondo había sido uno de sus referentes futbolísticos. Luego también le quisieron el Arsenal y el Chelsea, pero se mantuvo firme en su opción. “Era un jugador impecable en todo”, recuerdan los responsables de la cantera del Atleti en aquella época. Hoy es el capitán de un grupo ejemplar.

Rakitic, el ‘Rey de Pino Montano’

La huella de Rakitic en Sevilla es indeleble. No sólo fue un futbolista brillante, también fue un ciudadano más. Su adaptación a la capital hispalense resultó magnífica. Reseñable ese acento andaluz con el que habla. Su mujer Raquel tiene mucho que ver. Ella procede de una familia humilde del barrio de Pino Montano. El croata pasaba muchas horas allí, mezclándose con la gente y departiendo con todo el mundo. Se granjeó un apodo cariñoso: el ‘Rey de Pino Montado’.

El analgésico familiar de Muniain

“Es fundamental para nosotros”, se escuchaba en boca de Ernesto Valverde todo el tiempo que Muniain estaba lesionado. No lo ha pasado bien el de Pamplona, aunque ahora se puede decir que nunca se deprimió. “Es muy fuerte mentalmente”, apuntan desde su entorno. Asumió que las lesiones son parte de su trabajo y se refugió en la familia. A su llegada a Lezama, rechazando al Barcelona antes, se pegó a sus primos Adrién y Julen Goñi, que también estaban en la cantera rojiblanca, para allanar su integración.

Samu Castillejo, el típico chupón

En el barrio de Huelin (Málaga) siempre lo dicen: “Samu Castillejo era un chupón”. El extremo del Villarreal se inclinó por una vertiente demasiado individualista. El regate era su forma de expresión. De niño, se fijaba en jugadores como Ronaldinho y Robinho. Todo lo que veía en ellos lo ponía en práctica en las canchas de fútbol sala con su equipo la ‘Explanada’. Driblador nato. “En cadetes no les gustaba que regateara tanto y en algunos ejercicios todos tenían toque libre menos yo, que no podía dar más de dos”, recordó en un reportaje con El País. El descaro distingue su fútbol.

La etnia de Manucho

Seis minutos le bastaron para revolucionar el partido con el Betis. Manucho firmó un doblete liberador. El angoleño es un tipo feliz, eso es indiscutible. Seguro que sus genes tienen verdadero alcance en ello. Su familia pertenece a la etnia kimbundu, uno de los 500 pueblos bantú africanos. Las celebraciones y los carnavales ocupan un escalón preferencial en los gustos de la comunidad kimbundu. Manucho, una muestra clara.

El gol de Pedro Bigas

En una semana amenizada por la riña de Nauzet Alemán y Araujo, Las Palmas logró un triunfo fundamental en su visita al Eibar. Pedro Bigas se significó como el héroe al marcar el único gol del partido. No resulta extraño la autoría de la victoria. El central amarillo siempre tuvo eficacia de cara a la portería rival. Cuando jugaba en el Montuiri de la tercera balear, marcó 13 goles actuando de centrocampista. El Betis se fijó en él e hizo las pruebas para fichar por el conjunto verdiblanco. La operación no cristalizó. Volvió a Mallorca y ahora impone su jerarquía en el equipo de Setién.

La enseñanza de Pellegrini a Recio

La personalidad y despliegue de Camacho no debe minimizar la presencia de Recio. Lanzó la jugada del gol de Cop en Anoeta con un pase soberbio. Pellegrini puede estar orgulloso desde la distancia. El chileno apostó por él viéndole en un simple partido de Tercera. “Me lo dio todo”, subraya Recio. Cierto es que tuvo que salir cedido luego al Granada por petición del propio Pellegrini. “Me dijo que debía aprender y mejorar muchas cosas. Lo acepté porque venía de él. Para toda la vida le estaré agradecido”. Recio siguió el consejo.

El abrazo de Tamudo y Gerard Moreno

Existe una corriente entre la afición perica que tiende a comparar a Gerard Moreno con Raúl Tamudo. Tal es el extremo que en Cornellá resuena el grito de “Tamudo, Tamudo” para motivar al delantero de Santa Perpetua de Moguda. Gerard, que no rehúye la equiparación, guarda una anécdota con la leyenda blanquiazul. Era la temporada 2003-04 y se desempeñaba como recogepelotas en la banda de Montjuic. Tamudo marcó un gol y se abrazó con Gerard. Una imagen que aunaba presente y futuro.

Yoda tiene una peña

No hay duda de que el nombre de Karim Yoda da mucho juego para la broma. Nada tardó un grupo de aficionados del Getafe en crear una peña con su nombre. El futbolista galo acumula ahora otras preocupaciones. Es casi la única nota positiva de un conjunto azulón en caída libre: seis derrotas seguidas. Se ha asentado en el lateral izquierdo, una posición desconocida para él hasta este curso. “Tiene un potencial magnífico”, asegura Fran Escribá.

La aventura china de José González

El estreno de José González en el banquillo del Granada emerge como un gran punto de arranque. El equipo nazarí destacó por su valentía y arrojo, cualidades que también caracterizan a su nuevo técnico. El gaditano fue uno de los pioneros que emprendió una aventura en el fútbol chino. José decidió a mudarse al país asiático por unos meses con 31 años para jugar en el Tianjin Lifei - Samsung (TEDA). Fue el broche a su carrera como futbolista. Dejó su sello y mucho tiempo después le llamaron como ‘consejero’. “José hizo el contacto y luego los directivos del Guoan se interesaron en mí”, contó Manzano tras su llegada a China.