La esperanza se llama Sainz; la incertidumbre, Alonso

Acabó la pretemporada de Fórmula 1, la próxima vez que los pilotos se vean las caras en Australia la cosa ya irá en serio. El telegrama de estos ocho días de entrenamientos para preparar el Mundial 2016 es para mí bastante claro: Mercedes mantiene su hegemonía, Ferrari lucha por inquietarles, Alonso sigue alojado en la incertidumbre de McLaren y para Sainz puede ser un gran año. La superioridad del monoplaza de Hamilton y Rosberg es lo más certero de estas conclusiones, lo demás puede experimentar cambios, de hecho, esperemos que sea así y para mejor en el caso de los españoles. El madrileño no ha sorprendido con su rendimiento porque el talento está ahí, lo que parece haber aumentado de forma significativa es el rendimiento de su Toro Rosso ahora con motor Ferrari, aunque sea de la pasada campaña.

¿Y qué podemos decir del asturiano? Pues quizá el pronóstico sería algo de esperanza con mucha prudencia. Yo, al menos, prefiero ser cauto porque hablamos del segundo capítulo de un proyecto que ha decepcionado más que otra cosa, así que hablar de una ligera evolución es lo menos que se puede esperar, lo mínimo exigible. Si será suficiente para ver a Alonso en posiciones más acordes con su capacidad es algo que descubriremos con el paso de las carreras, aunque veo muy poco probable que alcancen el nivel que todos esperamos y que sólo puede ser uno: pelar por ganar. Así que el bicampeón, cuando cumple tres lustros en este campeonato, fija ya 2017 como el punto de inflexión para pensar en su futuro. Un planteamiento que nos puede llevar a pensar que tampoco lo ve demasiado claro para el campeonato que arrancará en un par de semanas.