Escuchar a don Luis Suárez en el Carrusel anima a seguir viendo fútbol…, y a seguir oyéndolo. Cuando terminó el partido explicó por qué ganaba el Barça frente a un Eibar que en algún momento del partido se subió a las barbas del líder: todos usan botas, y todas las botas son iguales pero lo que importa es lo que va dentro de las botas. Cuando las usa Messi, las botas creen hacer milagros, pero los milagros son del argentino. Hasta dormido este as del balón puede sorprender generando pesadillas, sencillas pero letales, a los contrarios más entusiastas o más preparados. Y el Eibar no jugó mal, ni defendió mal, pero este jugador chiquito hace grandes los encuentros más complicados y le da un toque de clase también a aquellos lances que se presentan como letanías fáciles de cantar. La geometría del gol es su especialidad, a balón parado y a balón en juego. Ayer cultivó ese repertorio: no sólo ayudó a Munir a golear, de manera magistral, sino que él mismo marcó un gol que parecía hecho con tiralíneas, teniendo delante a algunos espectadores privilegiados: los defensores del Eibar.

El penalti que tocaba esta semana entró, y fue también con un toque de distinción de Messi. Estas botas no sirven sólo para caminar: piensan, dibujan, aciertan.