Otro partido ayer en el que Casemiro demostró sus facultades notables para jugar por delante de los centrales. Cortó diez ataques de la Roma, fue duro, firme y jugó sin complicaciones. Y esta vez le escoltaron Kroos y Modric, en un dibujo que permitió al alemán dar ese paso adelante, con más llegada al área rival, ampliando su espacio de ocupación. Así, Kroos pudo lucirse mucho más que en la simple faceta de pasador, metido entre las líneas romanistas, buscando último pase o disparo a puerta. Todo lo hizo apoyado en la seguridad de que por detrás estaba un Casemiro gigante que se empleó, por demás, en echar una mano a Marcelo y Ramos con el rapidísimo y hábil Salah, un diablillo veloz que lo tiene todo menos gol, por lo que ayer perdonó a Keylor.

Kroos y Casemiro se forjan, por lo tanto, como pareja ideal en el centro del campo para citas de alto nivel. Se complementan, se conceden metros y protagonismo. Pura solidez.