Bayern-Juventus. ¡Viva la Champions!

¡Qué partido! De nuevo, como en Turín, con el visitante adelantándose con dos goles, que luego igualó el local. Sólo que esta vez con el añadido de una prórroga, en la que los dos equipos se respetaron, desde el agotamiento y el temor a lo irremediable. Lo acabó de resolver Thiago, que había entrado poco antes, y marcó el 3-2 moviéndose con calma en una tormenta. Venía de cometer dos fallos absurdos, que le costaron sendas broncas de Guardiola, pero eso no le afligió. Resolvió como un grande. No mucho después, Coman, espléndido extremo, remachó el clavo. La Juve se quedó fuera.

Si Thiago le dio el empujón final al partido, Morata le dio el inicial. Fue la gran amenaza de la Juve mientras estuvo en el campo y se apuntó una jugada descomunal, la del 0-2, muy bellamente coronada por Cuadrado. Además de eso le anularon un gol en preciosa vaselina por apurado fuera de juego. Y puede decirse sin reparo que la Juve duró lo que duró él en el campo. Cuando Allegri le sustituyó por Mandzukic le resolvió de golpe todos los problemas al Bayern, que pudo desatarse y marchar al ataque. El porqué de ese cambio lo tendrá que explicar muy bien Allegri, porque fue un gran cante.

Por contra, Guardiola cambió bien. Retiró a Xabi Alonso, que estaba para poco, y metió a Coman, al que emparejó con Douglas a la derecha. Con esa especie de doble extremo, un diestro y un zurdo, el Bayern insistió una y otra vez por ese lado, con esporádicas apariciones por el otro, donde Ribéry fue de menos a más. Pero el peligro estaba en la pareja Douglas-Coman, de cuyos centros llegaron el 1-2 y el 2-2, éste ya en el descuento. La Juve murió en la orilla. La prórroga debía ser necesariamente para el Bayern, por aquello de que caballo que alcanza quiere ganar. Un partido grande. ¡Viva la Champions!