No se puede salir así de un vestuario

Fallaron todos. Desde el primer león al último, pasando por un Valverde que no supo pedir tiempo muerto al comienzo de la segunda mitad con un cambio drástico. Ni llegar a sus futbolistas en la charla del descanso. No se puede volver con tal empanada de un vestuario con lo bien que estaban las cosas (0-1 y un Espanyol angustiado). La solidaridad y colocación habitual brilló por su ausencia. El Athletic perdió una ocasión de oro para lanzarse en la tabla y ha pasado de dar una dentellada a la opción de entrar en Champions a meterse séptimo.

La rotación tenía su lógica, aunque fallaron piezas. El partido de Etxeita en Mestalla había sido horrible y repitió titularidad y desconcierto. No tuvo sentido dejar sin jugar a Susaeta cuando faltaba desborde por fuera. Pero claro, en el subconsciente del técnico estaban tres indiscutibles en el banco: San José, Raúl García y Beñat. Y los fue sacando. Entiendo el desgaste psicológico y físico, que pasa factura a los equipos que llevan a cuestas la tralla europea, pero lo que faltó ayer al Athletic fue oficio: la pronta tarjeta a Rico tras el descanso, la pérdida de Iturraspe y de sitio del equipo en los dos goles... Eso sí, el Espanyol tiene un estilo que da grima. Es líder en faltas y fingimientos.