Europa puede y debe confiar en Francia

Francia se jugaba mucho anoche. Después de los atentados del pasado 13 de noviembre y después la masacre de Bruselas de la semana pasada, la República debía mostrar con ocasión del partido Francia-Rusia que era capaz de garantizar la total seguridad del estadio. La amenaza era real y fuerte, tal y como lo será durante toda la Eurocopa, y cualquier incidente anoche hubiera hecho saltar las alarmas y provocado una ola de inquietud en todo el continente europeo, y más precisamente entre las aficiones y equipos que van a viajar a Francia entre el 10 de junio y el 10 de julio. El riesgo cero no existe pero la profesionalidad y la eficiencia sí. El encuentro de anoche era el escenario ideal para que los terroristas asustasen a todo el mundo pero, gracias al plan de seguridad desarrollado por el gobierno y por las fuerzas del orden del país vecino, no ha pasado nada. Fue una especie de ensayo general y ha salido a la perfección.

Ayer, el ministro de deportes galo, Patrick Kanner, dijo públicamente que en ningún momento se planteó la posibilidad de posponer o de cancelar la Eurocopa y, tal y como lo explicó muy bien Yves Saint-Geours, el embajador de Francia en España, en su visita a AS el pasado 9 de marzo, ningún partido se jugará a puerta cerrada. Anoche se demostró por qué esa rotundidad de los responsables políticos y diplomáticos franceses. Porque el país vecino está preparado para garantizar la seguridad “máxima” de todos los visitantes y no está dejando nada al azar. Ni mucho menos. Y la mejor prueba de confianza en el Gobierno fue ofrecida ayer por los 65.000 espectadores que poblaron el Stade de France. No hubo miedo sino alegría por poder disfrutar de un partido de fútbol. No hubo miedo sino una maravillosa y espontánea Marsellesa cantada a capela.