La crucifixión de Torres, la MSN y el descaro de Brych

Acabar con 11 en el Camp Nou es tarea harto difícil para cualquier visitante. Ya sea en Liga o en Champions. Ya sea el Madrid o el Atleti o cualquier equipo. Cuando juegas en el Camp Nou todos los entrenadores preparan el partido durante la semana haciendo ejercicios tácticos en inferioridad. Anoche se volvió a repetir esa leyenda urbana, igual que hay cocodrilos en las alcantarillas de Manhatthan. Y el Atleti se quedó con 10 (y tuvo suerte porque en Liga acabó con 9). Fernando Torres quizás pecó de exceso de celo, pero el alemán Félix Brych le mostró dos amarillas rigurosas por acciones similares por las que no amonestó a los jugadores del Barça.

Torres volvió a resucitar antes de su nueva crucifixión. El Niño se ganó que el Atleti le fiche (el Cholo ya ha dado su OK) y enmudeció otra vez al Camp Nou con su primer gol en la Champions de colchonero (gol número 600 de un español en la Champions, según Míster Chip). Luego le echaron y la MSN, que son muy buenos, volvió a tener una autopista. Como suele ser habitual. Y en cada entrada de uno Atleti, Brych sacaba una tarjeta. Es lo que hay. Como el Rey Juan Carlos despistaba a sus escoltas con su moto de gran cilindrada. Pero queda la vuelta en el Calderón. Y en el Manzanares también hay leyendas urbanas que pueden hasta con los árbitros. Y Ovrebo ya se retiró. ¡Al loro!