Llorente pisa Bilbao de puntillas...

Es difícil dudar del Sevilla de Emery después de los dos últimos años. Ha escapado a situaciones límites en Valencia y San Petersburgo, ha sabido sufrir en Oporto y se ha exhibido en Florencia. Además, ha ganado dos finales gestionando con buen pulso todas las situaciones de crisis posibles. Lleva la mochila cargada de experiencias y, por lo que se le escucha a los protagonistas, no ha perdido el hambre.

Venir a San Mamés, está contado el día del sorteo, recrea la semifinal de Copa de 2009 cuando Del Nido amenazó con comerse el león “de la cabeza a la cola” y salió eliminado y casi por patas en Bilbao. El Sevilla sabe qué le espera. Un ambiente cargadísimo contra un equipo que acumula decepciones en finales (Valencia, Bucarest, Madrid, Barcelona) y que lleva 31 años en busca de un sueño, un gran título que sea más que la Supercopa de este verano. El Sevilla tiene un plan, que no es poco. En el mismo está Gameiro, pero no Llorente. En otros días, Fernando hubiera sido el protagonista indiscutible y se hubiera encendido el debate entre quienes lo siguen queriendo y quienes lo denostaron. Llega de puntillas a Bilbao. Aunque quién sabe.