Una Fundación que sale del corazón

En Valencia hay una Fundación, la Trinidad Alfonso, convertida en toda una referencia en el deporte. Ha presentado el proyecto de este año: el FER (Foment Esportistas amb Reptes, Formamos Deportistas con Retos). Va dirigido a ayudar a los deportistas valencianos en su preparación para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, y a premiar sus actuaciones en compensación al esfuerzo realizado. Presentado así, fríamente, podría considerarse un plan autonómico más de subvención a los olímpicos locales. Éste, no. Éste tiene su dotación económica, como los demás, aunque de mayor cuantía —siete millones es el presupuesto anual de la Fundación—, pero a diferencia del resto desprende una sensibilidad que le convierte en único. Tiene alma.

Este proyecto FER presenta, por lo pronto, una absoluta igualdad entre el deporte olímpico y el paralímpico. Al menos yo no he visto una paridad semejante en ninguna otra entidad. Todas la contemplan, obviamente, pero unas más forzadas que otras. En la Fundación Trinidad Alfonso se aprecia que es por convencimiento. Sale del corazón. “Todos iguales para hacer la vida más fácil a quienes la tienen más difícil”, es una de las máximas de su presidente, Juan Roig Alfonso, impulsor y mecenas de esta Fundación en memoria de su madre, y desde la cual impulsa la cultura del esfuerzo a través del deporte. Los deportistas de la Comunitat Valenciana pueden sentirse unos privilegiados. Nunca van a estar solos ni discriminados. La Fundación vela por ellos.