Nadal y la querella anunciada

Hace un mes la exministra francesa Roselyne Bachelot dijo: “Se sabe que la famosa lesión de Rafael Nadal, cuando estuvo parado siete meses, se debe en realidad a un control positivo”. Al día siguiente, ante el escándalo montado, no rectificó, sino que matizó: “Me hice eco de comentarios muy extendidos del mundo del tenis y de la prensa”. En estas viene Sharapova, y a cuento de su sanción por dopaje dice: “No voy a pretender fingir que estoy lesionada para así ocultar la verdad sobre mi resultado positivo”. ¡Más madera! Nadal se harta y anuncia querellas. Su entorno las confirma y asegura: “Se hará un anuncio oficial cuando sean presentadas”. De esto hace un mes. Nadie ha anunciado todavía nada. Tiempo ha habido. También lo tiene aún.

Hay seis meses si la querella denuncia un delito, o dos si la injuria constituye una falta. Se supone que Nadal tiene medios para contratar unos abogados que no necesiten apurar plazos, sobre todo en un caso tan claro. Pero como hay tantos precedentes de querellas que se van a poner, y luego nada... Ya bastantes veces ha salido gratis decir que Nadal se dopaba. ¿Recuerdan los guiñoles de Canal+ Francia con Nadal firmando con una jeringuilla? Por aquel entonces el jugador austríaco Koellerer llegó a afirmar: “¡Nadie se cree el cuento de que (Nadal) no tomó nada!”. Son demasiadas acusaciones, y gravísimas, a las que si no se pone remedio, Nadal quedará en evidencia. De momento, ya ha pasado un mes en boca de todos. Por eso la urgencia.