P. P. San Martín

El Madrid dio la estocada a balón parado

En el minuto 15, una arrancada de Carvajal acabó en el primer gol de Cristiano. En el 16’, Cristiano remató de cabeza a gol un saque de córner. En el 76’, el portugués lanzó una falta a las redes de Benaglio. Dos dianas de las tres de la remontada se fraguaron a balón parado, quizás como reflejo de que los blancos pusieron muchísima más bravura que fútbol sobre el césped. Pero era el día para hacerlo: lo importante era pasar y se consiguió.

Estaba en el guión que el Wolfsburgo resultaría frágil en la defensa, con centrales altos pero lentos, y Cristiano supo hurgar en esa brecha. El gol de cabeza fue impecable; el de la falta, acompañado de un error de la barrera. Dos goles a balón parado, dos recursos que también valen y decantan partidos tan igualados.

El Madrid remató otras catorce veces y no vio portería. La verdad es que mereció de sobra esta remontada por energía, seriedad y concentración. Extendió todos sus recursos.

En un córner. En el 16’ con el Madrid volcado, un saque de esquina de Kroos llegó a la cabeza de Cristiano, que dejó tocado al Wolfsburgo.

De falta directa. En el 76’ una falta directa desde 25 metros acabó en la red. La barrera se abrió y los alemanes firmaron su despedida.