El Atlético se siente fuerte para eliminar al Barcelona. Se siente poderoso para plantarle cara al conjunto azulgrana y no hay ni un aficionado rojiblanco que dude. Y por ahí se comienza ganando esta eliminatoria. Este equipo de Simeone ha logrado que todos piensen lo mismo: será un partido complicado, están Messi, Neymar y Suárez, pero no hay nada imposible. Nadie tiene temor al Barcelona. El Atleti puede ganar o perder, puede seguir adelante o caer en esta ronda. Pero el gran triunfo es mirarle a la cara al conjunto catalán por mucho tridente que haya enfrente. En el Atleti no existe la palabra miedo.

El ambiente en el Calderón será el de las grandes noches. Los jugadores del Barça no se sentirán atemorizados por ello, pero para los del Atlético ver el Manzanares lleno a rebosar y con la gente entregada es un plus impagable. El partido, no obstante, debe llevarse por los cauces normales. Aparte de arbitrajes y favoritismos al Barça, las relaciones entre ambos clubes y las aficiones son buenas. Y así deben seguir. El Atleti fue campeón en el Camp Nou y el Barça en el Calderón. Máximo respeto. Y cuando pite el árbitro, a por el Barça. Como hace dos años. Porque nadie del Atlético ha dejado de creer.