El Sevilla está tocado por una varita mágica en la Europa League. Sólo la mala suerte impidió a los leones meterse en semifinales, algo que merecieron por su fútbol. Emery se llevó el gato al agua con dos contragolpes y el error de Muniain en la ida. El Sevilla, más allá de lanzar muy bien los penaltis, hizo contadas cosas bien anoche. El clarísimo mano a mano fallado por Susaeta en la prórroga tardará tiempo en olvidarse en Bilbao. La injusticia del fútbol se cebó con Beñat, el mejor jugador sobre el campo, en la tanda. Los 2.000 seguidores rojiblancos se fueron dolidos, pero muy orgullosos de sus leones, que se fueron sobreponiendo a las desgracias que se fueron acumulando.

Txingurri no ha podido jugar con todas sus cartas el emotivo cara o cruz. A las lesiones de Laporte, que llegó ayer para estar con sus compañeros, Williams y Sabin se unió anoche la de Aduriz por ir a un balón dividido después de haber dejado ya su sello con el gol 33 de la temporada. El golazo de cabeza del ganador Raúl García llevó a los leones a la orilla del éxito. Con Iturraspe, San José y Beñat mandando en el juego, maniataron a los de Emery, que se sintió tan débil que ni se atrevió a meter a Llorente. Que el campeón jugase con la grada sujetando como equipo pequeño evidencia la grandeza del Athletic.