El Barça, acorralado

Misión cumplida. Desde la deshonrosa derrota en el derbi del Bernabéu (0-1), el Madrid de Zidane es un rodillo. Su fútbol es cada vez más solidario (en el Coliseum marcaron cinco jugadores distintos), Keylor ha sellado su portería y las rotaciones las maneja el marsellés con la sabiduría de un entrenador que tuviera ya veinte años de carrera a sus espaldas. Desde el Clásico la vida es blanca y bella para los madridistas. Nos pellizcamos y vemos que no es un sueño, es una bendita realidad. Hace un mes, el Barça-Valencia de esta tarde se preveía como un partido de trámite en esa carrera hacia la Liga ‘segura’ que presuntamente ya había conquistado el equipo de la desaparecida MSN. Pero hoy los culés irán al Camp Nou notando el aliento de los blancos en el cogote, a sólo un puntito. En Barcelona, eso genera siempre zozobra y angustia. Lo vimos en la Liga del Clavo Ardiendo ganada con Capello en el banquillo del Bernabéu. El Madrid no tiene nada que perder. La Liga ya estaba descartada y desguionizada. Pero su fe y su briosa reacción le han hecho merecedor del derecho a soñar hasta el final. Yo tengo la teoría de que con 90 puntos se podrá cantar el alirón. Si el Madrid logra un Pleno al 15 en las cinco jornadas que restan, alcanzaría esa cota. Buenos tiempos para la lírica madridista...

La BBC sí está. Mientras que al otro lado del Puente Aéreo se preguntan qué les pasa a los Messi, Neymar y Luis Suárez, en Getafe vimos a Benzema iluminado (un tanto, dos asistencias), a Bale firmando un gol de velocista en el segundo aniversario del Bartrazo (¿recuerdan su obra de arte en Mestalla?) y a Cristiano fiel a su cita con las redes enemigas. Hubo que esperar al descuento, dado que el árbitro se empeñó en boicotearle la Bota de Oro hurtándole dos penaltis claros que le hicieron Vergini y Vigaray. Pero Jesé, solidario, generoso y buen amigo del portugués, le regaló el 1-5 de la manita en la última contra del paseo por el Coliseum. El crack ha marcado sus 47 goles oficiales en todas las franjas, minutero en mano: 7 goles del minuto 1 al 15; 9 del 16 al 30; 6 del 31 al 45; 8 del 46 al 60; 8 del 61 al 75; y 9 del 76 al 90. O sea, que mete más goles al final que al principio de los partidos, lo que demuestra su portentosa condición física.

Isco y James. La autoridad de Zidane se ha impuesto. Los dos han asumido su condición de suplentes sin poner caritas y ya han desterrado las reacciones de crío. Ante Eibar y Getafe se han reivindicado trabajando bien, yendo a por todas y hasta marcando goles. Zizou es casi tan buen psicólogo como entrenador. Dios salve a Zizou.

Eufóricos. Me muestran su alegrías las peñas Ciudad del Sol de Lorca, Puerto Lumbreras de Murcia, Los Rosales de Águilas y mi amigo Gregor, que nació armenio para morir merengue. A un puntito. ¡Temblad, culés!