A Champions esperando a los artistas

El Villarreal no hizo más que evidenciar en el Bernabéu el mérito que tiene su gran temporada. Con lo que hay, que no es poco pero es de menos calidad que lo que había, no se puede llegar más lejos. Está en semifinales de la Europa League y tiene en el bolsillo la participación en la próxima Champions. El pinchazo del Athletic, su perseguidor, fue mucho más importante que el suyo. Quedan 12 puntos por disputarse y el Submarino le saca seis más el goalaverage, por lo que tendría que fallar en tres de cuatro partidos para no cumplir el sueño. Improbable. Ahora, algunas figuras deben replantearse que o dan la talla o el Villarreal deberá asumir que hasta aquí ha llegado. Ante el Madrid no tuvo más que orden y ahora se necesitarán muchas cosas más. Bruno, Denis y Bakambu son buenos, pero no hacen magia.

Si el Villarreal quiere tumbar al Liverpool y disputar por fin una final, convendría que recapacite con el partido de Bonera: cada vez que sale pide paso. Ése es el camino. Mario debe recuperar su altísimo nivel (Rukavina está mejor), Jonathan y Samuel han de ponerse rápido las pilas tras su lesiones, y Adrián y Baptistao (sólo tres goles en Liga cada uno), han de levantar de una vez la mano, como ha sabido hacer Castillejo, y marcar las diferencias. Para eso les trajeron. Con ellos al ritmo del resto, con Soldado descansado y con Musacchio y Víctor Ruiz al mando, todo es posible. Hasta pensar un día en Vietto y Cheryshev sin que se escape un suspiro.