Real Madrid: 101 goles

Los deberes cumplidos. La jornada de cuatro horas tenía un inconveniente para el Madrid. Al jugar en el último turno, casi en franja after hour (¡a las diez en una noche lluviosa de abril!), el arranque del partido quedaba empapado con un jarro de agua fría si Barça y Atlético cumplían en sus duelos en Coruña y Bilbao sumando los tres puntos. Y así fue. 0-8 del equipo a cuyo técnico le importa todo “un bledo” y 0-1 de esa roca con botas a la que es más difícil meterle un gol que lograr que todos los españoles estén al día con Hacienda. Quedan cuatro jornadas y no hay que ponerse nerviosos, pero es verdad que Riazor y San Mamés aparecían en la mente de la tropa merengue como plazas factibles para haber recortado puntos en esta lucha a tres. Y tres fueron precisamente los goles que metió el Madrid de Zidane al Villarreal, para dejar claro que aquí nadie se rinde aunque la jornada deje un poso más ‘ploff’ que de euforia desatada, como la que se expandió tras el triunfo del Valencia en el Camp Nou.

Ojo a Cristiano. Lo que más tiene en vilo al madridismo a estas horas no es la clasificación ni los 360 minutos que restan aún para soñar con la Liga número 33. La cuestión es qué pasa con ese calambre/pinchazo de Cristiano que le obligó a retirarse a los vestuarios. El portugués es un héroe que lo juega todo con el altísimo rendimiento que reconoce hasta su mayor crítico. Pero lo sucedido ayer obliga a reflexionar. Cristiano había jugado el 100% de minutos en esta Liga, lo que es tan admirable como temerario. Mientras escribo estoy poniendo velas a todos los santos del mundo para que sólo sea un susto. Hay siete finales por delante y no me las imagino sin el mejor jugador de la Tierra...

Vivir sin sus goles. No fue la noche de Cris. No logró batir a Asenjo, que ya le amargó la vida la pasada temporada. Pero este Madrid tiene muchos recursos que permiten vivir y salir adelante sin los goles de La Máquina de Funchal. Benzema abrió la lata en el mejor curso de toda su carrera. Su 23º gol liguero desterró los viejos fantasmas y permitió ver una segunda parte más cómoda ante un Villarreal irreconocible. Los de Marcelino (magnífico entrenador) no fueron fieles a su brillante estilo. Perdieron balones con una facilidad pasmosa y el Madrid gobernó sin apenas disidencia. De esta forma, Lucas Vázquez sacó a flote por enésima vez su orgullo gallego para firmar un golazo que calmó las escasas inquietudes del personal. Y Modric se limitó a recordarnos que llega como una moto a la pole position de la gran doble carrera por el doblete. Luka es mucho Luka. Y está más fresco que una rosa.

Vallecas. Próxima parada. Sábado, a las 16:00 horas. El creativo Rayo de Paco Jémez enfrente. Lo bueno es que si el Madrid sale airoso y suma otros tres puntos, logrará que a las 18:15 el Atleti, en el Calderón ante el Málaga, y el Barça a las 20:30 ante el Sporting de Abelardo, salten al campo con los blancos por encima de sus cabezas. Retrovisor por los aires. Podría ser sólo un espejismo, pero eso aturde. Ver al Madrid en la cumbre pone muy nervioso a esta gente. Que se lo digo yo.

Un último arreón. Seamos honestos. En esta fiesta estamos sin que tuviéramos siquiera invitación. Hace un mes era impensable hacer acto de presencia. Pero aquí estamos dentro de pleno derecho, como me recordaron ayer los alumnos del Instituto Miguel de Cervantes de Alcázar de San Juan (Ciudad Real). ¡Aquí no se rinde NADIE!