No hubo penalti a Bale ni a Lucas Vázquez

Nadie se acordó del papel del árbitro turco Cuneyt Çakir. Los dos equipos empezaron entrando fuerte y sin esconder los tacos, y ahí fue más permisivo el colegiado con el Real Madrid perdonándoles la amarilla a Ramos, Kroos y Casemiro. Sí se la sacó a Pepe. En el City no se la quiso sacar a Fernandinho ni De Bruyne, aunque la vio Silva. Todo esto en la primera mitad, donde no hubo ni una jugada polémica a analizar porque ninguno de los dos equipos ni chutó a portería.

Sin embargo, en la reanudación del segundo tiempo, en el minuto 47, asistimos a la primera. No hubo penalti de Otamendi a Bale ya que, en carrera, es el jugador del Madrid el que se tropezó y cayó al suelo. Acertó Çakir. En el minuto 58, es Agüero el que entró en el área forcejanedo con Carvajal y se quedó quieto reclamando falta que no existió ya que fue una acción mutua de ambos futbolistas.

Dos aciertos. Más tarde, en el minuto 74, fue Otamendi el que salió al cruce dentro del área y no zancadilleó a Lucas Vázquez. Es posible que rozase la media, pero no fue como para penalti. El árbitro otomano hizo bien dejando seguir el juego. En el 78’, a mi entender, se produjo el único fallo de Çakir cuando en una acción de Bale intentando penetrar en el área, Fernandinho se tiró a ras de suelo y no tocó al jugador galés, pero el árbitro le pitó falta.

Por último, hizo bien en el 90’ en amonestar solamente a Carvajal cuando agarró a De Bruyne al borde del área. Era una acción lateral y sin ninguna posibilidad de que considerarlo ocasión manifiesta de gol.

Lo mejor de Çakir fue su tranquilidad, su neutralidad y, sobre todo, que llevó la dirección del juego con inteligencia y una buena colocación.