El Atlético está a dos partidos de volver a jugar una nueva final de Champions. Se dice pronto. El enfrentamiento ante el Bayern nos motiva a todos, pero más allá de revancha o de un partido histórico, está el hecho de plantarse en Milán. Eso es lo verdaderamente importante y por ahí se ha trabajado en el vestuario del Atlético. El mensaje es que hay que olvidarse del Bayern, de la historia, de revanchas.. y centrarse en las virtudes y defectos del conjunto de Guardiola. Cuanto más se aleje el Atlético de todo esto, mejor. Cuanto más se centre en el partido, en cómo hincarle el diente al conjunto alemán, más opciones tendrá de pasar la eliminatoria. El Atlético se siente bien, cómodo en esta rondas donde le dan por eliminado, donde el favoritismo cae en el rival. Contra el PSV las pasó canutas porque se sintió mejor, en la obligación de ganar, sintió que tenía el peso de la eliminatoria.

Ahora es diferente, ahora sucede como ante el Barcelona. El Atlético sabe que tiene opciones de ganarle al Bayern, aunque no podrá permitirse ni un descuido. Y por ahí pasa la eliminatoria. Más allá de lo que pudiera decir Rummenigge, el cuadro alemán sabe que si no se toma esta ronda como debe hacerlo, el Atlético puede darle un disgusto. En el vestuario rojblanco nadie habló de revanchas. El objetivo está claro, ir con ventaja, aunque sea pequeña, a Múnich. Y no encajar gol. El partido será apasionante y divertido. Disfrutemos de él. Hoy Europa estará pendiente del Calderón.