Mark Clattenburg hizo un excelente arbitraje en el Vicente Calderón. Había quien decía que el árbitro inglés no era bueno para esta clase de partidos y nos demostró en todo momento que fue listo y tuvo, además, pequeños pero insignificantes matices caseros y eso que el chileno Vidal, a los dos minutos, dejó su seña de identidad con una dura entrada a Koke. También es verdad que Filipe dejó su tarjeta de visita y luego durante el primer tiempo Gabi y, otra vez, Vidal tuvieron su pelea personal.

En el minuto 12, los alemanes pidieron penalti de Oblak por darle con el puño en la cabeza a Vidal, pero la realidad es que en su salida toca el balón y luego se efectuó el contacto. Sin embargo, en el 27’ se produce una mano muy clara de Augusto dentro del área que, aunque luego intenta retirarla, el colegiado pudo señalar penalti pero interpretó la acción como involuntaria.

En la segunda parte, en el minuto 61 hay una plancha de Lewandowski a Giménez dentro del área cuando el central rojiblanco iba a despejar y cae al suelo pero vista la repetición en televisión es que no hay contacto. Después, en el 81’, Benatia es amonestado por una entrada muy dura a Koke, cuando éste avanzaba con el balón ya fuera del campo, y a la vez a Neuer por ir a levantarle de malas formas.

Hay que resaltar que a Clattenburg ni se le notó en un partido muy intenso y de mucho contacto. El colegiado inglés siguió el juego a una distancia prudencial y nadie le discutió sus decisiones y mucho menos cuando les miraba seriamente. Se hizo respetar por los jugadores y eso le benefició en todo momento.

El dato más importante, y eso dice que los rojiblancos estaban bien asesorados por Simeone, es que sólo un jugador del Atlético fue amonestado, mientras que por parte del Bayern fueron cuatro los jugadores que vieron amarilla. Clattenburg sacó una nota muy alta en el partido.