P. P. San Martín

La fórmula era Lucas Vázquez, Bale, Jesé

Zidane recurrió a una fórmula básica ante la baja de Benzema: meter a Borja Mayoral de nueve, con Bale a la derecha y Lucas Vázquez a la izquierda. Por detrás, James de enganche. El Madrid apretó con intensidad, envolviendo a la Real, siempre cerca de Rulli. No obstante, sólo era Bale el delantero que incomodaba a Rulli, con tres remates hasta el descanso. Ni Lucas Vázquez ni Mayoral tiraron una sola vez a puerta. Fue más incisivo James, desde la segunda línea, con cuatro remates, aunque muy poca pimienta en sus acciones.

Tras el descanso, Bale seguía siendo el más inspirado en un Madrid sin suerte. Zidane dio un golpe de timón acertado: Jesé por Borja Mayoral (65’) colocado en la izquierda, para dejar al galés de ‘9’ y a Lucas Vázquez en la derecha. Y para alimentarlos, Isco por un James (72’) sin chispa. Modric dio un paso adelante y el Madrid se volcó. No podía ser de otra manera: Bale marcó un golazo de ariete de los de antes.

Sin pólvora. En la primera parte el Madrid apretó, pero Borja, Lucas Vázquez y James estaban sin pólvora. Sólo Bale llegó, y sin suerte.

La solución. En el 65’ entró Jesé, Bale se puso de ‘9’, y Lucas Vázquez por la derecha. La Real claudicó. El gol tenía que llegar y llegó.