Young, Netzer y Puerta antes de una semana para la historia

Héroe del City. Neil Young se metió en la historia del Manchester City por delante de Lee, Bell y Summerbee con el gol del triunfo en aquella final de Copa ante el Leicester en 1969. Por eso aquella camiseta rojinegra la vistieron muchos hinchas del City como homenaje cuando murió hace cinco años. Young y su gol, con la certeza de que lo superara quien sea capaz de hacer en el Bernabéu el que lleve al equipo a la final de Champions. El City llama a la puerta de la historia.

Con él empezó todo. Antonio Puerta marcó aquel gol en la prórroga al Schalke un 27 de abril de 2006 y cuentan que jamás ha vuelto a vibrar de esa forma el Sánchez Pizjuán. Puerta metió por fin al Sevilla en una final europea, y desde entonces éxitos. Middlesbrough, Espanyol, Benfica y Dnipro. Cuatro de cuatro en finales. Llega un Shakthar muy peligroso, pero la quinta está cerca. Y con Puerta empezó todo.

El juego de Netzer. Mientras arrecian las críticas en Alemania al juego de este Bayern de Guardiola uno se acuerda de Gunter Netzer, el jugador más fino con la pelota de aquella Alemania que quería el dominio del balón a principios de los setenta y que le dio un baño épico a Inglaterra en Wembley. Después Netzer bordaría el fútbol en la final de la Eurocopa 72 en Bruselas ante la URSS. Imposible no poner el fútbol ficción a funcionar y pensar cómo Netzer y Guardiola hubiesen disfrutado el uno del otro.

Una huella imborrable. Telé Santana no sólo dejó la estela en su Brasil del Mundial 82, también en aquel Sao Paulo que pudo con el dream team del Barça en una Intercontinental. El Sao Paulo trata de regresar con Edgardo Bauza. Arrolló al Toluca en el mejor recital de los octavos de la Libertadores con un Ganso magnífico y Kelvin, Bastos y Centurión a gran nivel. Brillaron por encima del resto Sao Paulo y ante Cerro Porteño un Boca con Pavón que crece día a día.

El fútbol crece en Australia. Tim Cahill marcó en 2006 el primer gol de Australia en una Copa del Mundo. Hasta ese momento sólo generó frustraciones, como cuando le remontó Irán un 2-0 en aquel histórico partido en Melbourne en 1997 y que le dejó fuera de Francia 98. Desde Cahill su fútbol no ha parado de crecer y la final entre Adelaida City y Western Sydney Wanderers lo demostró. Llenazo, espectáculo y récord de asistencia en un partido en la historia del sur de Australia.