Çakir no fue nada casero

El arbitraje de Cüneyt Çakir no fue nada casero. Pero qué tremendo comienzo de partido de arbitrar y no fallar en ninguna decisión, con un equipo defendiendo y el otro atacando, que disparó trece veces en el primer tiempo. La crónica arbitral del partido se puede resumir en los siguientes momentos: en el minuto 12 hay un manotazo muy claro en el salto, dentro del área, de Juanfran a Lewandowski y no pitó nada. En el 23’, el nueve de Bayern saca el pie y toca el cuerpo de Oblak. No es al revés, y por lo tanto no es penalti, y sí saque de puerta. Acierta el colegiado. También acierta en el 31’, cuando Giménez en su salto no toca el balón con la mano dentro el área. No hay penalti.

En el 32’ llega uno de los momentos importantes, y también acierta el árbitro turco al señalar como penalti el agarrón y derribo descarado de Giménez sobre Javi Martínez. En el 36’, Lewandowski hace teatro por un leve golpe de Juanfran que le da en el cuerpo. En ese momento Simeone monta el núnero de manera intencionada con ánimo de perder tiempo al dirigirse al banquillo contrario.

En el 53’, Griezmann está un poco adelantado, por centímetros, y el gol debió ser anulado por fuera de juego pero es una decisión en la que es muy difícil acertar. En el 80’, el tiro da en el hombro de Saúl y no en el brazo dentro del área. Para mí el mayor fallo de Çakir fue en el 82’, cuando Javi Martínez zancadillea a Torres pero el contacto se produce, por muy poco, fuera del área y no es penalti como lo señaló.

Resumiendo, Çakir tuvo este error, que favoreció al Atlético, y el fallo razonable del asistente al no señalar por muy poco el fuera de juego. En lo esencial llevó el partido perfectamente y desmintió eso que se ha comentado varias veces de que los árbitros ayudan a los grandes. La conclusión es que Çakir no es un árbitro casero. Con sus errores encima pero creo que estuvo muy correcto disciplinariamente.