Skomina tuvo un partido muy plácido

Skomina no se complicó en su primera semifinal. No hay un partido que con 1-0 se arbitre sin tensión, aunque pareciese que estaban de acuerdo los dos equipos con el resultado, dado que no había intensidad en las entradas ni dureza. El esloveno tuvo, aún así, un partido tranquilo para ser una semifinal y con un resultado tan ajustado. No hubo jugadas conflictivas para él, pero sí algún fuera de juego mal señalado.

El primero fue a Navas en el minuto 11, otro a Marcelo en el 38’, en una jugada muy difícil de ver, y un tercero ya en el segundo tiempo a Lucas. Pero en ninguno de los casos la jugada representaba una acción de peligro para la portería contraria.

Sacó Skomina cuatro tarjetas. En el 29’ a De Bruyne por una entrada a Marcelo. pero no le tocó. El brasileño le echó cuento. En el 71’ a Fernandinho por agarrar por la cintura a James. En el 82’ se la enseñó a Lucas en la acción más aparatosa. Si le hubiera sacado la roja habría sido correcto. Y las consecuencias para el canterano fatales, porque un jugador sólo se podía perder la final de Milán si era expulsado en la vuelta de las semifinales, nunca por acumulación de amarillas. Y, por último, vio tarjeta en el 93’ Otamendi, de manera justa, por una patada...

También es verdad que perdonó una tarjeta en el 31’ a Ramos por golpear a Agüero en el pecho para que no pasase. Acertó, sin embargo, en el 35’, al señalar fuera de juego de varios jugadores, sobre todo, cuando remató Pepe, que estaba en posición ilegal como el resto. La jugada más difícil fue en el 27’, una mano de Mangala involuntaria en el área. No fue penalti.

Hubo una anécdota. El gol que Cristiano metió con mano (62’). No le sacó tarjeta. Ya había señalado con antelación el fuera de juego. Correcto.