¡Cómo no te voy querer!

¡Todos a Milán! Señoras, señores, el Madrid otra vez en la final de la Copa de Europa. ‘Su’ competición. Nuestra segunda casa. No le den más vueltas. La leyenda supera la realidad. La historia es nuestra sierva fiel. Existe algo en la atmósfera que le obliga a estar ahí en la hora de la verdad, en la cumbre del fútbol europeo, en su salsa. Puede tener crisis, echar entrenadores a mitad de curso, sufrir eliminaciones de despacho... Sólo el Madrid es capaz de sobreponerse a todo eso cuando aterriza en la pasarela de la Champions. Suena el himno de la Décima y el Bernabéu se pone en pie. Pelos de punta. Mosaico maravilloso, polícromo, festivo y con mensajes emotivos: “Hagámoslo Real” y “Juntos no hay imposibles”. Historia que tú hiciste, historia por hacer. Me maravilla la comunión con esta competición que nació con nosotros. Que nadie lo olvide. Un día, la Copa de Europa recobrará la vida y se dirigirá orgullosa a nuestro escudo con esta frase: “Real Madrid, contigo sí que empezó todo”.

La Chotis League. Así va a quedar rebautizada por la UEFA después de que en el último trienio seamos Madrid y Atleti los inquilinos de casi todas las finales. Lisboa, Milán... La capital se ha convertido en el epicentro del fútbol mundial. Aquí es donde se cuece todo. Zidane contra Simeone. Cibeles contra Neptuno. Vikingos contra Indios. Blancos contra rojiblancos. El Bernabéu contra el Calderón. Dos sentimientos, dos banderas, dos formas de sentir y vivir esta bendita pasión. Pero con respeto. En Lisboa dieron ambas aficiones una lección al mundo entero que debe repetirse en las calles de Milán. San Siro será una fiesta y es un orgullo para España y para Madrid que nuestra LigaBBVA pueda presumir de tener actualmente a los dos mejores equipos del planeta dentro de la piel de toro. Ahora que se acerca San Isidro, deberían unirse las dos plantillas en la Puerta del Sol y vestirse de chulapos para decirle a los presuntos guardianes del fútbol maravilloso (el que abandera algún entrenador pepdedor que acumula semifinales sin premio) que a esto se juega de muchas maneras. Y la más importante se basa en el corazón, la identidad, el compromiso, la intensidad, el orgullo competitivo y la calidad técnica. Por este orden...

El 11 y la Undécima. No es casualidad. El gol que nos ha metido en la ruta hacia la Undécima lo firmó el 11 del Madrid: Gareth Bale. Sus dos últimos meses han sido dignos para luchar por el Balón de Oro (¿dónde está la MSN?). Bale metió un golazo que desterró los fantasmas. Big Gareth!

‘Felizidane’. Él nos dio la Novena en Glasgow con su gol para la historia, fue cómplice de la Décima al lado de Ancelotti y lleva camino de ser el Emperador de la Undécima. Desde que aterrizó en enero, el Madrid es un oasis de paz, buen rollo, sensatez, muchas sonrisas, ninguna lágrima, buen fútbol, goles de todos los colores y lo más importante: VICTORIAS.

Euforia merengue. Me trasladan su felizidane los amigos de ‘El Extremeño’ de Villa del Prado, Martín ‘El Bombero’ de la Peña Pradeña, Antonio de la Peña Gáldar Blanco (Gran Canaria), Añico de Mula, Eduardo de Rincón de Soto, Julio Zapata, Javi de We are the Champions, los Talleres Pedraza de Muchamiel y las peñas Oliva de Benalúa, Villa del Río, Es Fortí (Mallorca), Hat-Trick de Albal y Munerense. Y va por mi amigo Javier Orive. ¡Resiste campeón!