Peter Lim es el primero que quisiera llegar al Santiago Bernabéu en otra coyuntura. Su Valencia deambula por la Liga sin nada por lo que luchar. La temporada ha sido un calvario para sus aficionados y en consecuencia para su club. Tras 142 millones invertidos en fichajes, el Valencia no jugará en Europa por tercera vez en lo que llevamos de siglo XXI. Y eso para su proyecto deportivo, social y también económico es un palo en toda regla.

Algunas de las decisiones del ‘amigo’ Peter han sido el problema, si bien, a su vez, el señor Lim es la solución. Peter erró gravemente en su apuesta por Neville y de aquel capricho, estas lamentaciones. Con Nuno posiblemente no le hubiera dado para pelear por estar en Champions porque no hubo planificación de plantilla sino renovaciones y fichajes a salto de mata, si bien, con el portugués (o un entrenador de verdad después de él) tampoco hubiera coqueteado con el descenso y quizás tendría esos puntos que le faltan para meterse en Europa League. Pero el respaldo financiero de Lim es lo que permite al Valencia creer que habrá un mañana. Sus gestos hacen pensar que es García Pitarch el encargado de devolver al Valencia su gen competitivo. Por algo se empieza. Lim no debe volver a equivocarse tanto. Mestalla es Mestalla.