Buscando motores en las bicis

Ezquerro y Rubio, nuestros enviados especiales al Giro, se han encontrado a los comisarios de la UCI haciendo controles a las bicicletas. Igual que los ciclistas pasan controles antidopaje no sea que se hayan administrado sustancias que mejoren artificialmente su rendimiento, a las bicicletas se les hacen controles tecnológicos en búsqueda de minúsculos motores que en un momento dado puedan ayudar a los corredores a ir un poco más deprisa. ¿Pero cómo van a hacer eso? Respondo con otra pregunta: ¿quiénes compran entonces esos motorcitos por 3.000 euros que van escondidos en algún interior de la bici? Ahora bien, igual que del dopaje se abusó y llegó a ser difícil de detectar, los motores no pueden llegar muy lejos.

Antes pudiera ser que sí. Pero en cuanto la UCI se puso a buscarlos, encontrarlos iba a ser sencillo. Claro, que para eso están los cambios de bici durante la etapa, mas en cuanto los equipos y los ciclistas vieron que esto iba en serio se cuidaron mucho de utilizar los motores, si es que los usaban. Como tampoco han encontrado muchos (que se sepa) no se puede generalizar ni asegurar. Lo que está claro es que estos controles producen un efecto disuasorio evidente. Hoy en día, realizarlos es facilísimo. Tan fácil como se lo muestran Ezquerro y Rubio. Otra cosa son las ruedas electromagnéticas, de las que ya también se habla. Producen un notable empuje, y bueno es que todos sepamos de su existencia. Así se evitan tentaciones.