Cristiano no se rinde...

El ímpetu, la ambición y la voracidad de Cristiano Ronaldo volvieron a sacar las castañas del fuego al Madrid. Zidane sabe que necesita dosificar a otros jugadores menos fuertes y con menos arrestos para que lleguen frescos a Milán, pero con el portugués no tiene ninguna duda: si está sano, a jugar. Cristiano despertó del letargo a sus compañeros con un gol y unas cuantas carreras que evitaron que el partido se pusiera más incómodo de lo necesario. Cristiano volvió a demostrar que es la bandera de este club porque nunca se permite ni rendirse ni relajarse. Salvo cuando el cuerpo le ha dicho basta, se ha alistado a todos los partidos con la emoción de un juvenil que se está ganando un hueco en el fútbol profesional.

Yeso tiene un valor incalculabe para la salud de un vestuario que ve que el que más curra es el mejor. Cuando el debate sobre si debe empezar a rotar más a menudo está más vivo que nunca, él se empeña en querer demostrar a los más escépticos que el descanso que mejor le sienta es seguir enchufándolas de todos los colores. Cristiano, con el bolsillo lleno y el futuro resuelto, encuentra la plena felicidad en no dejarse por el camino ni una gota de sudor por exprimir. Impagable.