Granada, ¡a por ellos!

Ahí los tenemos. Desde el otro lado del Puente Aéreo llega un aroma que se hace muy familiar y que es inherente a la condición humana llamado “miedo”. Cuando Piqué batió a Keylor en el Clásico, ellos estaban... ¡a 13 puntos! Un mundo. Eso aconteció el 2 de abril. Sólo han pasado 37 días y el gigante blanco está susurrándole al oído de la MSN la frase que pone más nerviosos a los culés: “Toc, toc, hola. Soy el Madrid. Ya está aquí tu peor pesadilla...”. En Tenerife pasó el Madrid por este trance dos veces consecutivas (1992 y 1993). Fue líder en aquellas dos ligas hasta el último día. Pero con la colaboración inestimable de García de Loza y Gracia Redondo se quedó pasmado y sin ambos títulos, que volaron hacia Las Ramblas. Ahora es justo al revés. Los blancos llevaban muchos meses como terceros de la tabla. Nadie contaba con ellos. Hasta nosotros los madridistas llegamos a arrojar la toalla en la época más tenebrosa de la era Benítez. Por eso, para el Barça el partido de Granada puede ser terrible. Noventa minuti en Los Cármenes son molto longo. Un rival salvado, al igual que estaba ayer el Levante ante el Atleti, pero feliz por su salvación y con una afición magnífica que intentará dibujar una gesta que sería recordada durante años. El Granada es un equipo peleón y batallador por naturaleza. No se rendirá y no necesita maletines. Hay partido, hay Liga.

Y nosotros, a Riazor. Pero no hay que olvidar que los madridistas sólo tendrán que coger el transistor (los mayores) y el Ipad (los más jovenes) si su equipo cumple con su parte del trato y derrota al Depor en Riazor. No será fácil. Hay que ir a Coruña con humildad. Cada partido es un reto y no hay que mirar más allá. Prohibido fallar.

¡Cayó la Undécima! Como si fuese un aperitivo de la final de San Siro, el Madrid del maestro Zidane sumó su undécima victoria liguera consecutiva. Magnífico ensayo para Milán. 33 puntos de 33 posibles. Más no se le puede pedir al trabajo del mago marsellés. Aterrizó en la penúltima planta del Coloso en Llamas y ha apagado el incendio con esa sonrisa diáfana, que es la sonrisa del madridismo. Ahí estamos. Y eso que el Valencia nos tuvo fritos en la segunda parte, donde emergió la figura de Kiko Casilla como un gigante.

Cristiano, a lo suyo. Me encantaría tener la microrrotura muscular que sufrió el portugués. El 7 es tan profesional que se ha curado sin que su equipo se resintiese. Trabajó como un león ante el City y ayer firmó un doblete más en su hoja de servicios. Suma 49 goles oficiales en lo que va de curso. Entre Riazor y San Siro llegará a su cota 50, la cota Cristiano...

Adiós, Arbeloa. Se marcha Arbeloa, canterano que nunca dudó en acabar con la camiseta embarrada con tal de defenderla. Incluso fuera del campo, al salir al cruce cuando Piqué se pasó de frenada con sus gracietas y sus Periscopes. El espartano jugó sus últimos minutos en el santuario del Bernabéu y la grada le dio el cariño que todos quieren en su adiós, aunque no todos lo hayan recibido.

¡A por el doblete! Sueñan con él Dani de Navacerrada (¡feliz cumpleaños!), Neme de Pamplona Blanca (eufórico con el nacimiento de su nieto Sergio), Andrés Arévalo y la familia Jiménez-Alfaro (fans de Arbeloa), Santi de Valdemoro y las peñas Casas Colgadas, Sácilis, La Fábrica de Adamuz, ‘20 de Mayo’ de Torrecampo, Calasparra, La Najarra de Almuñécar, La Solana y Espaldinha. ¡Hala Madrid!