No hay más que ver los resultados de Atlético, Sevilla y Villarreal en esta jornada para entender lo difícil que resultaba recuperarse del esfuerzo europeo a estas alturas de la temporada, sin la brújula de Modric y sin la jerarquía de Bale. El Real Madrid llega con opciones de conquistar el título de Liga en la última jornada porque Cristiano Ronaldo juega en el Madrid y no en el Valencia. Toda la inspiración que le faltó al equipo blanco la solventó Kiko Casilla en una actuación formidable. Si el Madrid sigue vivo se lo debe básicamente a su porterazo menos habitual.

Hay que ponderar el mérito de un guardameta, sin ritmo competitivo, que fue capaz de convertirse en el mejor del equipo blanco ante un buen Valencia en ataque, que generó infinidad de situaciones, pero que se encontró con un Casilla que estuvo al mejor nivel de Keylor Navas. Entiéndase como un gran halago, porque no es una exageración pensar que la portería ha sido lo mejor del Madrid en la presente temporada, en lo malo y en lo bueno. Casilla sacó balones abajo, arriba, a bocajarro, paró todo lo parable... Una gran actuación que sirve para seguir soñando y determinante para que Álvaro Arbeloa tuviese la despedida soñada y merecida del Santiago Bernabéu. De canterano a canterano.