Primer aviso al tenis de Madrid

Gran final la del Masters 1.000 de Madrid el domingo. Le hacía falta. El número 1 contra el número 2. Hubo lleno en la Caja Mágica. Es habitual, porque las entradas de la final se compran con mucha anticipación, en previsión de que esté Nadal. En cambio, el sábado, cuando sí jugó, la Caja no se llenó. Estaba Nadal a mediodía, y Djokovic a última hora de la tarde; también se disputaron las finales femeninas de individual y de dobles. Sobraron localidades para esta jornada. ¿Demasiado caras? En el fin de semana, la más barata fue de 72 euros; la más cara, 163. Abonos para todo el torneo, entre 425 y 823 euros. Aparcamiento, 20 euros al día. Todo esto, palcos aparte, cuyo precios oscilaron entre los 25.718 euros y los 55.805.

Mantener un torneo como el de Madrid no es barato. En premios se van 9,5 millones: 912.900 para el ganador, 447.630 para el finalista, 225.300 para los semifinalistas, 114.560 para los cuartofinalistas... Tanto para los hombres como para las mujeres, lo que dobla el presupuesto en premios, y redunda en el precio de las localidades. Luego puede pasar que Federer no venga, como Djokovic en 2015 y 2014, edición en la que Murray fue eliminado en la segunda ronda. Este año, además, en los cuartos de final del torneo femenino todas las cabezas de serie, menos la 6, habían sido eliminadas. Llega un momento que el torneo puede estar sobrevalorado, y el público no responde. Aunque se llenara en la final. Es un primer aviso.