Gabi, la calculadora y el G-6

Cuando subió al primer equipo, allá por 2003, Gabi ya era un gran medio. Para subir todos los escalones en la cantera del Atleti y alcanzar la cima tienes que atesorar grandes condiciones técnicas y tácticas, además de gran fortaleza mental. Se buscó la vida en el Getafe y regresó al Atleti, pero, tras dos campañas que ni fu ni fa, contagiado por la mediocridad de entonces, volvió a emigrar a Zaragoza para regresar a su Atleti con mando en plaza. Los galones y la jerarquía se las ha ganado, palmo a palmo, devolviendo con intereses la confianza que le otorgó Simeone. El Gabi que ha crecido como extensión del Cholo en el campo es un futbolista que transmite y da identidad. Gabi simboliza el entusiasmo y la intensidad con la que juega el Atleti. Gabi ejemplariza con su fútbol el esfuerzo y el sacrificio de este Atleti que emociona por su manera de competir.

Gabi es el que más corre de la Champions. Gabi es un topógrafo de la zona ancha, una calculadora de robar balones y colocarse siempre en el sitio que debe. A su indudable categoría como futbolista, poco reconocida porque es más eficaz que vistoso, hay que unir su importancia en el vestuario como líder del G-6 colchonero, ese núcleo duro que exige una adaptación total e inmediata a la forma de entender el juego y la vida de Simeone. Junto a Godín, Juanfran, Koke, Tiago y Filipe (de ida y vuelta), Gabi explica a los nuevos qué se espera de ellos y qué se les va a exigir. Ese G-6 fue G-8 o G-9 con Miranda, Arda y Raúl García. Gabi es el capitán del mejor Atleti de siempre.