Desde que Zidane se ha hecho cargo del banquillo del Madrid siempre ha tenido una idea muy clara sobre lo que le conviene a la plantilla. Tanto a nivel físico y táctico como psicológico. Así, recordamos que durante sus seis primeras semanas como entrenador madridista, diseñó y aplicó una mini pretemporada destinada a mejorar la (muy deteriorada) condición física del grupo y a permitir a los futbolistas llegar “como aviones” a los partidos decisivos. Y funcionó.

Pero, ahora que tiene poco menos de dos semanas para preparar el partido más importante de su carrera como técnico, sabe perfectamente el plan que debe aplicar. Zizou es consciente de que la final contra el Atlético será una auténtica batalla, incluso una encerrona, y pretende que sus jugadores estén dispuestos al sufrimiento. Por ello, les va a machacar (en el buen sentido de la palabra) en los próximos días tanto en la intensidad como en los mensajes sobre la entrega.

Zidane piensa que la clave del partido está en la capacidad de los madridistas para saber sufrir durante cada uno de los minutos del enfrentamiento. Y opina que si defienden once jugadores cuando el Madrid pierda la pelota, la Undécima estará más cerca. Éste será el espíritu de la preparación de una final que será muy difícil. Y más cuando se sabe que el árbitro será el inglés Mark Clattenburg, que ya dirigió al Atlético en el partido de ida de la semifinal frente al Bayern y que tiene como costumbre dejar jugar y no pitar muchas faltas, lo que favorecerá la intensidad rojiblanca.