El Sevilla y España, ante dos eurofinales

El Sevilla vuela hoy hacia Basilea, en busca de su quinta final de UEFA en diez años, que podría ser su quinto título, pues las otras cuatro las ganó. El Sevilla vive una década prodigiosa, que nace con su centenario y su himno, y se ha expresado en una sucesión de títulos y prestigio inconcebibles tiempo atrás. Cuando hace diez años jugó su primera final, contra el Middlesbrough, en Eindhoven, asistieron veinte mil sevillistas, convencidos de vivir un momento histórico, irrepetible. El Sevilla llevaba 58 años sin ganar un título. Ganó ese, ganó otras tres veces esa misma copa, más dos la Copa del Rey y las dos Supercopas.

Ocho títulos y ahora dos finales en cuatro días. Enfrente va a tener mañana al Liverpool y el domingo al Barça. Doble apretón de entradas para el club, que estos días se ha visto agobiado de peticiones. Como el Atlético, ha optado por un criterio de antigüedad, dando preferencia a la fidelidad. Los hay que van a las dos. Premio a quienes eran socios en tiempos en los que el Sevilla vivía en la zona media o como mucho media alta, sin pasar de allí, o incluso sufriendo algún descenso en años malos. Ahora pisa fuerte en España y en Europa, con una gran estructura y continuos aciertos en compras y ventas.

La de mañana es la primera final para el Sevilla, y también la primera de las dos europeas de que disfruta España. La otra será el 28, en Milán entre los dos madrileños, que, una vez terminada la persecución al Barça, vuelven a mirarse a la cara. ¿Quién manda en la capital? De nuevo lo mismo: cuando fui a Lisboa, creí estar acudiendo a algo irrepetible... ¡y de eso sólo han pasado dos años! La ciudad vuelve a ser un hormiguero de gente que porfía por una entrada, pero esta vez no para ver algo irrepetible, sino para ver la repetición de una película que unos desean que acabe igual y otros que al revés.