Pentacampeones y a la Champions

¡Pentacampeones! El Sevilla no se cansa de ganar en una competición que ha incorporado a su historia como algo propio. ¡Con qué autoridad se mueve en ella! ¡Qué gran tono sostuvo en el segundo tiempo, qué bien jugó, con qué soltura y profundidad! ¡Qué buena imagen deja una vez más de nuestra Liga! ¡Qué éxito de Unai Emery, confrontado a Klopp, al que ganó con claridad! ¡Qué gran club es este Sevilla, con una estructura interna magnífica, con una conducción deportiva modélica, con un plan económico que sale, porque compra bien y vende mejor! ¡Qué modelo de tarea bien hecha!

Y eso que se le puso el partido cuesta arriba. No salió mal, movido por Banega (que fue un libro abierto todo el partido), resistiendo las tarascadas del Liverpool, aunque sin profundidad. De repente, encajó un gol, una obra de arte de Sturridge, que sacó un conejo de la chistera. Un gol para el ‘Premio Puskas’. Y luego, un cuarto de hora de apuro, hasta el descanso, sufriendo las cargas del Liverpool, sin juego pero con ímpetu. Y favorecido por alguna mano que Eriksson no vio. A este Sevilla se le ve grande, le respetan los árbitros. El descanso resultó un alivio. Un cuarto de hora para repasar y mejorar.

Y de él volvió con un gol bajo el brazo, fabricado por Mariano, culminado por el fenomenal Gameiro, un demonio que no me explico que Francia no lleve a la Eurocopa. Ese gol tan rápido le quitó la fe al Liverpool, en realidad lo único que tenía, y acalló a su hinchada. A partir de ahí, jugó el Sevilla y cantaron los sevillistas. Fue un festival de juego, atención, intensidad y llegadas. Dos goles para el capitán, Coke, una quinta copa a las vitrinas, la clasificación para la próxima Champions, en la que volveremos a tener cinco. Sevilla en la calle y España orgullosa de su fútbol, de su Liga, de este Sevilla...